Vargas Maldonado Noemí Cecilia
¿Alguna vez has visitado el pueblo de San Sebastián Zinacatepec?, además de que es un lugar que cuenta con una cueva de murciélagos, mismo que está eternizado en el glifo y el nombre de Zinacatepec.
El nombre y glifo de Zinacatepec se compone gracias a la existencia de la cueva de murciélagos que se encuentra en el pie del cerro de la capilla de el “Señor de las Agonías”, además de que contiene a varios mamíferos de éstos viviendo en su interior.
El nombre de este lugar se componen de la lengua náhuatl; Tzinacan, que significa murciélago; Tepetl que es cerro y C es en; A lo que en su totalidad da como significado “en el cerro de los murciélagos”, y por todo ello es decidieron ponerle ese nombre.
La cueva de los murciélagos fue descubierta en 1887 y reconocida como uno de los símbolos del pueblo de Zinacatepec justo cuando este fue registrado como municipio libre, desprendiéndose del distrito de Tehuacán. Este municipio fue constituido gracias a los antiguos grupos popolocas, mixtecos y nahuas que se establecieron en este lugar justo en la época prehispánica.
El recorrido de la cueva abarca más de mil pasos, dicho de otra manera mil gateadas, ya que, en su entrada es muy grande, sus medidas diez por quince metros aproximados, pero en su interior cada vez es más pequeño y angosto, de tal forma que si se desea ingresar al interior de esta cueva, antes tiene que pensar las medidas que tiene este lugar junto con el del cuerpo de la persona.
Algunas de las mejores fuentes que han logrado ingresar a esta cueva y que aún viven mencionan en Zinacatepec, mencionan que al penetrar a esta cueva pueden llegar a varios lugares sin ser descubiertos por nadie, la gruta cuenta con varios túneles interconectados como telarañas ya que te llevan de una extremidad a otra o a solo dar vueltas llegando a el mismo lugar.
La mayoría de las personas que han penetrado al interior de este lugar señalan que una de las grutas de esta cueva te lleva a Coxcatlan, justo en la cueva del maíz, solo que algunas otras personas mencionan que este lugar tiene otros lugares muy cercanos hacia adonde ir como el paraje cinco mezquines y en una de las cuevas que se encuentran a las orillas de Teotitlan.
Nuestros ancestros lo ocupaban justo cuando se encontraban en guerra y de esta manera poder ir de un lado a otro sin que nadie los siguiera, además de tener varias cadenas, esta cueva tiene las grutas muy angostas, que no se puede ni dar la vuelta, de hecho si la persona pieza regresar solo lo puede hacer de reversa, y por lo regular son las personas pequeñas las que caben por esos pequeños túneles.
El cerro de los murciélagos guarda una de las más bellas historias de los antiguos indígenas nahuas, donde cuentan la leyenda que hace varios años las personas del pueblo de San Sebastián Zinacatepec, después de las ocho de la noche ya nadie salía de casa ya que a partir de esa hora el gran murciélago los devoraría, sin dejar rastro, pero cuando a una persona le tocara ir a regar sus sembradíos, nunca volvía a regresar a casa, más un día un par de personas se dedicaron a buscar el o la causante de estas pérdidas, de tal modo que al lograr descubrir que había un murciélago tan grande y ancho como una mesa de cocina para ocho personas, inmediatamente se dedicaron tratar de matar a ese engendro de monstruo, entonces decidieron hacer algo todos juntos, en esos momentos todas las personas mayores se unieron para hacer un bien y eliminar al engendro, todo era una matanza, estaban llenos de ira y fuerza para derrotar al enemigo, mantenían sus antorchas con gran impulso para poder quemarlo y grandes palos para antes golpearlo y así evitar que este ser tan maligno pudiese hacer otro mal. De este modo a su muerte decían las personas que los murciélagos que aun viven ahí son parte de sus entrañas.